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domingo, 15 de marzo de 2015

Palacio del Mexuar




Construído quizá por Muhammed IV (1325-1333), aunque también se le considera al sucesor de éste, a Yusuf I, su constructor. Es uno de los tres palacios y el primero construído de los que componen la Casa Real, junto con el Palacio de Comares y el Palacio de los Leones.
El Mexuar y el Oratorio eran dos estancias utilizadas para diferentes fines. El Mexuar para las reuniones del Consejo de Ministros y el Oratorio, el espacio reservado para la oración.
El Palacio consta del Jardín de Machuca, la sala del Mexuar y el Patio del Mexuar.



El Jardín de Mahuca presenta una galería de arcos y una torre, la de Mahuca, en un jardín con trazado geométrico. Pedro Machuca fue el arquitecto que contrató Carlos V para la consrucción de su Palacio. En la Torre que lleva su nombre es donde residía éste.

Es la sala del Mexuar. Era la audiencia y justicia para casos importantes.
Tenía una cámara elevada cerrada por celosías donde se sentaba el sultán a escuchar sin ser visto. No existían las ventanas laterales. Tenía el techo abierto en su parte central. Al fondo, una pequeña habitación desde donde se divisa el Albaycín. Parte superior con un friso escrito. Es un oratorio. A continuación se entra en un patio con fuente en el centro y una cámara a la izquierda.


Debe su nombre al término árabe Maswar, lugar donde se reunía la Sura o Consejo de Ministros. También era el lugar o la antesala donde el Sultán impartía justicia.

Esta estancia debió pertenecer a una estructura anterior al Palacio de Comares y al de Los Leones, probablemente al construido por Isma’il I (1314-1325) y ha sufrido numerosas transformaciones.
La decoración fue adaptada por Yusuf I (1333-1354) y posteriormente por Muhammad V en su segundo mandato (1362-1391), ambos responsables respectivamente de los dos Palacios de la Alhambra que mejor se han conservado.
Originalmente tenía un cuerpo central de linterna que le servía de iluminación cenital y de la que sólo subsisten las cuatro columnas y sus entablamentos. En el siglo XVI se modifica todo el espacio para añadirle una planta superior y transformarlo en Capilla.

Entre las radicales modificaciones de la sala destaca por su curiosidad la del friso epigráfico de yesería que discurre por encima del zócalo alicatado. Procedente del desaparecido Pórtico del Patio de Machuca se colocó en el Mexuar por artesanos moriscos, en lugar de las típicas almenillas, con una clara intención simbólica: «El Reino es de Dios. La fuerza es de Dios. La Gloria es de Dios». Esta inscripción venía a reemplazar a las jaculatorias cristianas: «Christus regnat. Christus vincit. Christus imperat».

El Oratorio. A lo largo del día todo buen musulmán debe realizar cinco oraciones. Para ello cualquier lugar es adecuado, aunque existen en las medinas, mezquitas y oratorios a disposición del creyente. En la Alhambra, además de la Mezquita principal, existen varios oratorios pequeños para uso del Sultán, su familia y la corte.
A este oratorio se accedía originalmente por la galería de Machuca. El nivel del suelo estaba situado a la altura del poyete junto a las ventanas y fue rebajado el pasado siglo para facilitar su visita. Las ventanas permitían al creyente, sentado en el suelo y con el brazo apoyado en el alféizar, divisar el paisaje y meditar sobre la grandeza de la naturaleza y la creación divina.

La explosión de un polvorín en 1590 arruinó toda la estancia, que fue restaurada en 1917. Las inscripciones contienen una cita del Corán y laudatorios de Muhammad V, entre otras. Entre ellas se lee: “Ven a la oración. No seas de los negligentes”.

El Patio del Mexuar es una estancia abierta, con una pequeña “fuente” en el centro, con dos fachadas enfrentadas, una con tres arcos que pertenece al Palcio del Mexuar y se accede al Cuarto Dorado, y otra que es la de Comares y da acceso al Cuarto de Comares. Este patio por tanto, sirve de medianería y acceso al Palacio adyacente de Comares.

El Cuarto Dorado se doró con pan de oro en época cristiana, en su día se utilizó para reuniones del Tribunal de Justicia y para recibir embajadores.


domingo, 1 de marzo de 2015

La Alcazaba de La Alhambra


Recinto militar fortificado. Las primeras construcciones árabes datan de la época califal, posiblemente sobre restos de una fortificación romana. En el s XI, los ziríes amplían el recinto, al convertirse Granada en la capital de uno de los reinos de Taifas, aun así, las construcciones principales datan de la época nazarí, s. XIII al XV; en el recinto se encuentran también algunos añadidos cristianos, como la redonda Torre del Cubo.


En esta zona está la famosa Torre de la Vela, torre vigía desde donde se contempla una vista inigualable de la ciudad, la Vega y la Sierra Nevada. Las casas de los soldados han desaparecido, y las mazmorras están cerradas, pero se puede caminar por algunas torres, adarves y caminos de ronda. Restos de los baños, silo, cisternas, etc.


Desde la plaza de los Aljibes entramos a este reciento por un portón de apertura moderna en el antemuro, pasando en dirección norte junto a la muralla oriental de la fortaleza, en la que se encuentran las torres del Homenaje, Quebrada y Adarguero (de la que solo queda la parte baja). La torre del Homenaje, que ocupa el ángulo nororiental, es la más elevada de la fortaleza, y en ella debió fijar su residencia Alhamar. Justo al final, y adosada al antemuro, se encuentra la torre del Cubo, de forma semicircular y construida después de la reconquista, a la que podemos subir para contemplar unas hermosas vistas sobre el Albayzín y el valle del Darro.


Continuando la visita, entramos en el adarve Norte, pudiendo observar el doble amurallamiento de que consta esta fortaleza. Frente a nosotros, cerrando el adarve, vemos la Puerta de las Armas, una de las entradas a la Alhambra y la única que conectaba directamente con la ciudad. Al fondo aparece la emblemática Torre de la Vela, con su espadaña y campana, con la que se marcaba hasta hace poco el ritmo de vida de la ciudad y la vega.


La consideración de la Alcazaba como un recinto castrense queda de manifiesto en su acceso. Este se efectúa al pie de la Torre del Homenaje, circundando su base en un suave ascenso. Un simple muro que obliga al paso en recodo, oculta a su vez el portón que abre en la muralla, de forma que éste no puede ser visto desde el exterior.



El área intramuros de la Alcazaba es el que se conoce en las fortalezas medievales como Plaza de Armas. Lugar destinado a paradas militares en tiempo de paz y a establecer la defensa en el momento de la batalla, es por tanto espacio abierto y diáfano, sin apenas construcciones.


Sin embargo, la Alcazaba de la Alhambra, como recinto integrado en otro mayor, era un área residencial para la guarnición de élite al servicio del Sultán, para la vigilancia y control permanente de la ciudad palatina, que actualmente se conoce con el nombre de Barrio Castrense.


De hecho es una pequeña ciudad, con una estructura urbana semejante a la de cualquier barrio de una población hispano-musulmana. Una estrecha calle recorre todo el recinto, separándolo en dos espacios diferenciados.
Al norte se apiñan muros y pavimentos de forma irregular que corresponden a varias casas de diferente tamaño pero idéntica estructura: son las viviendas de la guardia de élite que residía en el recinto, incluso con sus propias familias.


Al otro lado, muros de semejantes características a los de las casas pero con una distribución más homogénea y regular, con patios más amplios a cielo abierto, posiblemente testimonian la presencia de almacenes o de espacios para la tropa.


Una placa con los versos del poeta Francisco de Icaza sobre la torre de la Pólvora resume la belleza de estos rincones: "Dale limosna, mujer, que no hay en la vida nada, como la pena de ser ciego en Granada".La Plaza de armas. Atravesando la muralla mediante un portón entramos en la Plaza de Armas, donde se situaba la ciudad castrense de la Alhambra. Actualmente solo quedan restos arqueológicos de sus edificaciones y casas, destacando la mazmorra que podemos contemplar al pie de la torre Quebrada y los restos de un baño cercano a la torre de la Vela, zona en la que estaba situada la primitiva entrada a la Alcazaba. Desde la Plaza de Armas podemos acceder al adarve de la Puerta de las Armas. Jardín de los Adarves. En el adarve Sur se construyó, en el siglo XVII, un jardín, desde el que podemos contemplar hermosas vistas. Se llega a él entrando junto a la Torre de la Pólvora, desde la que se accede a la Torre de la Vela. Entre las fuentes que podemos ver en este jardín destaca la que estuvo colocada sobre la taza de la Fuente de los Leones hasta 1.949, trasladada aquí al no ser parte del conjunto original.