Recinto militar fortificado. Las primeras construcciones
árabes datan de la época califal, posiblemente sobre restos de una
fortificación romana. En el s XI, los ziríes amplían el recinto, al convertirse
Granada en la capital de uno de los reinos de Taifas, aun así, las
construcciones principales datan de la época nazarí, s. XIII al XV; en el
recinto se encuentran también algunos añadidos cristianos, como la redonda
Torre del Cubo.
En esta zona está la famosa Torre de la Vela, torre vigía
desde donde se contempla una vista inigualable de la ciudad, la Vega y la
Sierra Nevada. Las casas de los soldados han desaparecido, y las mazmorras
están cerradas, pero se puede caminar por algunas torres, adarves y caminos de
ronda. Restos de los baños, silo, cisternas, etc.
Desde la plaza de los Aljibes entramos a este reciento por
un portón de apertura moderna en el antemuro, pasando en dirección norte junto
a la muralla oriental de la fortaleza, en la que se encuentran las torres del
Homenaje, Quebrada y Adarguero (de la que solo queda la parte baja). La torre
del Homenaje, que ocupa el ángulo nororiental, es la más elevada de la
fortaleza, y en ella debió fijar su residencia Alhamar. Justo al final, y
adosada al antemuro, se encuentra la torre del Cubo, de forma semicircular y
construida después de la reconquista, a la que podemos subir para contemplar
unas hermosas vistas sobre el Albayzín y el valle del Darro.
Continuando la visita, entramos en el adarve Norte, pudiendo
observar el doble amurallamiento de que consta esta fortaleza. Frente a
nosotros, cerrando el adarve, vemos la Puerta de las Armas, una de las entradas
a la Alhambra y la única que conectaba directamente con la ciudad. Al fondo
aparece la emblemática Torre de la Vela, con su espadaña y campana, con la que
se marcaba hasta hace poco el ritmo de vida de la ciudad y la vega.
La consideración de la Alcazaba como un recinto castrense
queda de manifiesto en su acceso. Este se efectúa al pie de la Torre del
Homenaje, circundando su base en un suave ascenso. Un simple muro que obliga al
paso en recodo, oculta a su vez el portón que abre en la muralla, de forma que
éste no puede ser visto desde el exterior.
El área intramuros de la Alcazaba es el que se conoce en las
fortalezas medievales como Plaza de Armas. Lugar destinado a paradas militares
en tiempo de paz y a establecer la defensa en el momento de la batalla, es por
tanto espacio abierto y diáfano, sin apenas construcciones.
Sin embargo, la Alcazaba de la Alhambra, como recinto
integrado en otro mayor, era un área residencial para la guarnición de élite al
servicio del Sultán, para la vigilancia y control permanente de la ciudad
palatina, que actualmente se conoce con el nombre de Barrio Castrense.
De hecho es una pequeña ciudad, con una estructura urbana
semejante a la de cualquier barrio de una población hispano-musulmana. Una
estrecha calle recorre todo el recinto, separándolo en dos espacios
diferenciados.
Al norte se apiñan muros y pavimentos de forma irregular que
corresponden a varias casas de diferente tamaño pero idéntica estructura: son
las viviendas de la guardia de élite que residía en el recinto, incluso con sus
propias familias.
Al otro lado, muros de semejantes características a los de
las casas pero con una distribución más homogénea y regular, con patios más
amplios a cielo abierto, posiblemente testimonian la presencia de almacenes o
de espacios para la tropa.
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