En el importante enclave y zona de paso obligada conocida
como al-Qabdaq (o ciudad de los manantiales), hoy Alcaudete, se encuentra uno
de los castillos mejor conservados de la provincia y punto obligado de visita,
por ser testigo del paso del tiempo y crisol de culturas dotado de una compleja
estructura por la que adquirió su fama, el Castillo calatravo de Alcaudete.
Este castillo, fue declarado Monumento Histórico en el año
1985 y es otra de las visitas interesante en tu paso por Alcaudete.
Los árabes levantaron esta imponente fortaleza que alcanzó
fama de inaccesible en el periodo califal. Siendo centro de protección de una
medina comerciante muy activa, y fue militarmente codiciado tanto por
musulmanes como por cristianos.
Desde que Alfonso VI la reconquistara por primera vez en el
año 1085, y durante los siglos siguientes, la fortaleza cambió varias veces de
manos entre castellanos y andalusíes. Incluso después de la batalla de las
Navas de Tolosa y el avance de Fernando III no cesaron los trueques. Así, el
rey Santo la cedió al rey moro de Baeza, luego a la Orden de Calatrava, en
periodos intermitentes volvió a estar en manos de los nazaríes, hasta que en el
año 1340 Alfonso XI la reconquistara definitivamente.
El castillo que hoy en día podemos ver, fue reconstruido por
la orden de Calatrava entre los siglos XIII y XIV.
La planta del castillo de Alcaudete es de forma poligonal,
adaptándose a los escarpes del cerro sobre el que se asienta. Tenía seis
torres, de las que destaca la del Homenaje.
La puerta principal se encuentra en el extremo norte, está
formada por un arco de medio punto enmarcado por un alfiz, y se encuentra
defendida por dos torres. En el interior, un pasillo-foso fortificado
garantizaba la vigilancia.
El visitante que se adentre en sus límites podrá constatar
la admirable labor de restauración llevada a cabo recientemente en la
fortaleza. Aún así, la mayor parte del conjunto se conserva en buenas
condiciones, reservándose la intervención a parte del mismo, y el viajero
tendrá la impresión desde que ingresa por la puerta de haber sufrido un viaje
en el tiempo.
El castillo fue erigido en lo alto de un cerro aprovechando
los propios desniveles del terreno como elemento defensivo con seis torres y
varios aljibes para la recogida de agua; ha llegado a ser famoso por su
inaccesibilidad y objeto de envidias tanto de musulmanes como de cristianos por
su condición de fortaleza inexpugnable. Tanto es así que fue declarado
monumento histórico en el año 1985.
Así, hoy día es posible conocerla a fondo a través de todo
un sistema de renovación que nace con los objetivos de mantenerlo como elemento
vivo y en uso, así como para dar a conocer la propia historia del municipio y
la del edificio.
Sus enormes muros albergarán este nuevo centro de
interpretación de la Orden de Calatrava que nos permite instruirnos en la
evolución y transformación que experimentase desde su construcción, primero
como fortaleza árabe desde donde se hacia posible controlar los caminos de paso
debido a su estratégica posición.
La importante incursión de la orden de los famosos
caballeros monjes-guerreros de Calatrava durante los s. XV-XVI, cuyo papel fue
primordial como combatientes y defensores acérrimos de la fe cristiana, así
como todos aquellos elementos de defensa y ataque empleados como sistema para
mantener la paz y el orden en la ciudad fortificada.
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