Subimos hacia la Plaza de la Audiencia y tomamos la calle Maestra, en ella se encuentra El Palacio del Condestable Iranzo, también llamado Casa
Palacio del Condestable Don Miguel Lucas de Iranzo, es un inmueble de estilo
mudéjar de Jaén. El lugar donde se encuentra era el sitio
en el que se establecieron las familias más nobles y poderosas de la ciudad,
situándose junto a la catedral y a los poderes civiles, y que supuso el
asentamiento de la burguesía jiennense en dicha zona, construyendo sus
viviendas, caracterizadas por el uso comercial en la planta baja, en una apuesta
estilística que va del modernismo al regionalismo, a lo largo del siglo XIX y
principios del siglo XX.
La destrucción de los
palacios musulmanes tras la Reconquista ha limitado la representación de la
residencia aristocrática en Jaén al antiguo Alcázar, actual castillo de Santa
Catalina, que responde a una tipología de fortaleza, y a los restos del palacio
del Condestable Miguel Lucas de Iranzo, construcción en la que intervinieron
alarifes y artesanos moriscos que dejaron su impronta en las yeserías y en el
imponente alfarje del salón donde se ubica. El palacio refleja el carácter y
gusto predominante, dentro de la arquitectura civil, en las provincias de
Andalucía a partir del siglo XV, así también como muestra de la pervivencia del
arte hispano-musulmán en los territorios conquistados por los cristianos, que
ha dejado buena muestra de ello en los alfarjes que aún conserva. De esta forma
el inmueble reúne una compleja estratigrafía arquitectónica, que
documentalmente es rastreable desde mediados del siglo XV.
Posteriormente, parte del
palacio se transformó en el denominado Casino Primitivo a partir de 1919,
resultando ser el germen del nacimiento de otros casinos en la localidad,
convirtiéndose, además, en lugar privado al que acudían las personalidades más
relevantes dentro de la vida social de la ciudad, continuando su importancia
durante el siglo XIX.
La casa
fue adquirida por Miguel Lucas de Iranzo convirtiéndose en su lugar de
residencia desde 1462, realizando grandes obras que la transformaron por
completo, convirtiéndolo en un suntuoso palacio mudéjar. El palacio ocupaba
originariamente una gran extensión del parcelario, cuyos límites descritos en
las crónicas lo sitúan entre la calle Maestra, plaza de la Audiencia, calle
Colón y calle Cerón, sin llegar a conocerse la extensión completa que originariamente
abarcaba el mismo.
A la
muerte del Condestable en 1473 pasó a manos de los Marqueses de Villardompardo,
sus herederos, hasta que llegó a la posesión de los Marqueses de Bélgida, que
lo modificaron, vendiendo una parte a Fernando de Aranda en 1805. Pese a las
modificaciones, a mediados del siglo XIX aún conservaba vestigios de su
primitivo esplendor.
En la
segunda mitad del siglo XIX sufrió una gran transformación, levantándose sobre
algunas zonas del edificio un teatro, varias viviendas y el popular Casino
Primitivo. En 1892 el palacio fue adquirido por el arquitecto Justino Flores
Llamas, quien en 1919 vendió al Casino Primitivo la parte principal del
palacio, volviendo a sufrir nuevas obras en 1928, que alteraron de manera
notable su fisonomía, pero conservando aún los restos de su esplendor
monumental.
El
edificio que da a la calle Maestra sufrió una remodelación, con el fin de
adaptarlo a las instalaciones que albergaron el Casino Primitivo. En la parte
oeste, junto a la antigua fachada principal, se han construido nuevos edificios
en lo que fuera apeadero y patio.
En frente tomaremos la calle Madre de Dios y nos encontramos de frente el Arco de San Lorenzo, es parte de la extinta
Iglesia de San Lorenzo, erigida entre los siglos XIII y XIV. Su interior
atesora azulejos y artesonados moriscos, así como una pequeña capilla. Es sede
de la Asociación Amigos de San Antón.
Se dice que aquí se veló
el cadáver de Fernando IV el Emplazado, muerto trágicamente en Jaén el 7 de
septiembre de 1312. Por este motivo se realizó a lo largo de los siglos un
responso en el Arco durante los entierros de los obispos de la ciudad.
Aquí se bautizó, el 6 de
julio de 1555, a Maximiliano de Austria, tío de Carlos I.
En el Arco está sepultado
Juan de Olid, secretario del Condestable Miguel Lucas de Iranzo. La pequeña
capilla sirvió de titular del cercano Hospital de la Madre de Dios, fundado en
una casa aledaña en 1491 por don Luis de Torres, hijo del Condestable Iranzo.
Fue también capilla del primer Seminario Conciliar de Jaén, fundado en 1620.
En 1825 la iglesia de San
Lorenzo se derrumbó a causa de su abandono, quedando sólo en pie el Arco. La
parroquia y el archivo se trasladaron a la iglesia de San Bartolomé, y su
tesoro artístico se reparte entre San Bartolomé y la Merced.
Fue declarado Monumento
Nacional en 1877 gracias al trabajo de un grupo de giennenses que se enfrentó a
una campaña en pro de su total demolición.
En 1969 la Dirección
General de Bellas Artes comienza su restauración, que estuvo dirigida por el
arquitecto jiennense Luis Berges Roldán.
La iglesia era de una
sola nave y se situaba en lo que hoy son los números 2 y 4 de la calle San
Lorenzo. Destacaba por sus tesoros artísticos, entre ellos un retablo de
Ánimas, una tabla de Santo Domingo y San Bartolomé de la Cuesta y el legendario
lienzo del Cristo de las Injurias, todos ellos depositados actualmente en la
cercana iglesia de La Merced.
La capilla está cubierta
de bóveda de ladrillo, en cuyo centro hay un colgante de yesería del que
engancha una lámpara votiva. Toda la pared de la capilla está cubierta por un
zócalo de alicatado mudéjar de gran valor artístico.
Sobre el altar hay un
nicho de arco rebajado que alberga un crucifijo sobre fondo de damasco rojo.
Este nicho está decorado con fina yesería mudéjar que recorre a manera de
festón todos los paneles de azulejos. En los dos laterales de la entrada hay
una inscripción en letra gótica que dice:
Esta capilla de Jesús
Nazareno es.../...del Hospital de la Madre de Dios.
Continuamos nuestro paseo hacia la plaza de la Merced, nos encontramos a la izquierda la calle Compañía, aquí se encuentra el Convento de los Jesuitas, en él
residió el Colegio y Residencia de la Compañía de Jesús, desde 1614 a su
expulsión en 1767. Después el edificio se transformó en Monte de Piedad y en
Reales Estudios de la Concordia. Luego entre 1812 y 1836, sería convento de
P.P. Agustinos; en 1838, Colegio de Humanidades de Ntra. Sra. de la Capilla.
Luego
en 1842, fue sede del Instituto de Segunda Enseñanza, hasta que en 1970 se
abandonó el edificio. También fue sede de la Escuela de Magisterio (1842),
Museo de pinturas (1846) y Biblioteca (1840-1969).
Dispone
el edificio de una iglesia que abre su puerta a la calle con una sencilla
fachada con el escudo de Carlos III en la clave del arco . El interior
resctangular, se cubre con una bóveda de cañón. Fue reconstruida en 1868 para
destinarla al Paraninfo del Instituto, en varias ocasiones sirvió como iglesia
auxiliar de la Parroquia de San Bartolomé.
Actualmente
es sede del Conservatorio Profesional de Música. En su paranifo se ofrecen
conciertos organizados por el propio conservatorio y otros organismos públicos.
Retrocedemos nuestros pasos y entramos en la plaza de la Merced. En esta plaza tenemos que contemplar el Palacio del Capitán Quesada, era la
Casa Señorial del Capitán Fernando de Quesada Ulloa, que fue Veinticuatro de la
Ciudad, y Corregidor en Cádiz, Jerez de la Frontera y Gibraltar. Es una
construcción de mediados del siglo XVI. Fachada de gran empaque cuyo conjunto
se remata con galería de arcos de medio punto. También destaca la torre situada
en un extremo del edificio, decorado con ventanas geminadas, y debajo de los
balcones unos medallones emblemáticos de héroes clásicos. Su interior, después
de ser restaurado, ha recuperado una nueva imagen con un patio con arcos sobre
columnas toscanas. Actualmente alberga el Negociado de Urbanismo del
Ayuntamiento.
Enfrente se encuentra la Iglesia de la Merced. El
Convento de la Merced se construyó en 1580, sobre la antigua ermita de San
Sebastián y estuvo ocupado por la Orden de la Merced, que se encontraba en la
ciudad desde su reconquista en 1288, hasta el siglo XIX, cuando son obligados a
marcharse a causa de las desamortizaciones. La iglesia se construyó tiempo
después, a principios del siglo XVIII siendo bendecida el 23 de enero de 1727.
En
1885, se instala una nueva comunidad, los claretianos.
El 20
de julio de 1936, durante la Guerra Civil, el convento fue asaltado por unos
milicianos que asesinaron a cinco religiosos y convirtiendo el convento en
asilo de refugiados de guerra.
En la
actualidad es sede de la cofradía de los Estudiantes y de la cofradía de la
Virgen de la Cabeza. En el pasado residieron en está iglesia las cofradías de
Nuestro padre Jesús, del Santo Sepulcro, del Cristo de la Buena Muerte y del
Cristo de la Expiración.
Así mismo nos encontramos al lado de la iglesia, la Fuente Nueva. Las
primeras noticias documentadas que se tienen de ella datan de 1.712,
conociéndose en aquella época como Fuente Nueva del Conde de Torralba, aunque
la inscripción que se puede apreciar en lápida lateral sitúa su construcción en
1.504. Adosada a uno de los edificios de la manzana, se surtía con agua del
raudal del Alamillo y en tiempos tenía un gran pilar-abrevadero, hoy
desaparecido. Separado de él, por un pasillo para el público, se alzaba el
cuerpo monumental. En el primer espacio se abren dos hornacinas en las que se
ubican los caños. El segundo cuerpo, almohadillado, se remata en dos volutas a
modo de frontón con dos bolas de cerámica vidriada incrustadas. Este cuerpo se
decora con tres escudos. En el centro el escudo de España; a su izquierda un
escudo sin identificar y a su derecha el de la ciudad de Jaén.
Continuamos por la calle Merced Alta hasta que llegamos al Cantón de Jesús y desde aquí bajamos hacia la Carrera de Jesús.
Al bajar por el Cantón se encuentra el Camarín de Jesús. El
Santuario de Nuestro Padre Jesús Nazareno se encuentra en la Iglesia de San
José, del desaparecido convento de los Carmelitas Descalzos, de Jaén. En su
interior se encuentra el Camarín de Jesús, lugar en el que se venera la imagen
de Nuestro Padre Jasús Nazareno, de la Antigua, Insigne y Real Cofradía de
Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, más conocido
como El Abuelo.
La
iglesia del convento de San José de los Carmelitas Descalzos se encuentra en el
número 35 de la calle Carrera de Jesús, en el Barrio de La Merced, quedando
enlazado con una cadena monumental que se inicia en la Santa Iglesia Catedral y
continúa entre caserones nobles, el monasterio de Santa Teresa de Jesús de las
Carmelitas Descalzas, el lienzo de las antiguas murallas y el torreón del conde
de Torralba.
El
Convento de San José, de los padres Carmelitas Descalzos se fundó el 5 de junio
de 1588 por el Padre Jerónimo Gracián sobre unas casas propiedad del canónigo
Juan Pérez de Godoy, existentes en el arrabal de Santa Ana, a las afueras de la
Puerta de Granada, y bajo la protección del obispo don Francisco Sarmiento de
Mendoza. En torno a 1588 y 1594 se fundó la Cofradía de Nuestro Padre Jesús
Nazareno. Posteriormente se comenzó la construcción de la iglesia y la actual
capilla para la imagen, según trazas del maestro mayor de las obras de la
catedral, Blas Antonio Delgado y más tarde ampliada por el entonces maestro
mayor Gonzalo Rabanales, Colocándose el Santísimo en su Capilla Mayor el 3 de
febrero de 1619. Todo el complejo respondía arquitectónicamente al patrón de
los monasterios carmelitanos.
Las
desamortizaciones de 1811, 1821 y finalmente la de 1835 suprimierón el convento
y la cofradía abandonó la capilla para trasladarse al Sagrario. El inmueble fue
utilizado como Colegio Militar de Cadetes, primero y como cuartel del
Regimiento Provincial de Murcia en 1835. Posteriormente, fue Comandancia de la
Guardia Civil y en 1926 se transformó en casa de vecinos.
Finalmente, en 1960 se intentó demoler el
edificio, desapareciendo el convento en 1979, tras lo cual se inició una
intensa camapaña para salvar la iglesia que concluyó el 25 de abril de 1980 con
la declaración, por parte del Ministerio de Cultura, como Monumento
Histórico-Artístico, impidiéndose su demolición. En el año 2000 el Ayuntamiento
de Jaén inició la expropiación y la Junta de Andalucía la declaraba Bien de
Interés Cultural por Decreto 133/2003, de 13 de mayo.
Continuamos por la Carrera de Jesús y nos encontramos a la izquierda el Torreón del Conde Torralba, el
resto más visible de lo que fuera la muralla árabe, que arrancaba del castillo
de Santa Catalina y bajaba por el monte rodeando la ciudad. Fue reforzado y ampliado por los cristianos, y después de su
utilización meramente defensiva, mantuvo una función fiscal, pues en sus
puertas y portillos se cobraban los impuestos sobre las mercancías que entraban
y salían de la ciudad. El Torreón Conde de Torralba está realizado en
sillería y cuenta con una sala amplia que recoge la luz por tres saeteras. Se
accede desde el adarve cubierto por dos arcos de ladrillo. Fue restaurado en
1972.
En frente nos encontramos el Convento de Santa Teresa, se ubica en la Carrera de Jesús, cercano al convento de San José de los Carmelitas Descalzos. Fue fundado por el matrimonio Francisco Palomino Ulloa y Juana de Quesada, en 1615, para ello donaron su casa y la de Alonso de Guzmán, una de esas casas era el antiguo palacio del Cardenal Esteban Gabriel Merino en la primera mitad del siglo XVI, ya que su escudo se encuentra en un vano sobre la puerta interior del refectorio.
En frente nos encontramos el Convento de Santa Teresa, se ubica en la Carrera de Jesús, cercano al convento de San José de los Carmelitas Descalzos. Fue fundado por el matrimonio Francisco Palomino Ulloa y Juana de Quesada, en 1615, para ello donaron su casa y la de Alonso de Guzmán, una de esas casas era el antiguo palacio del Cardenal Esteban Gabriel Merino en la primera mitad del siglo XVI, ya que su escudo se encuentra en un vano sobre la puerta interior del refectorio.
En este
monasterio se conservan muchas obras del convento de las carmelitas de Beas de
Segura, que al desaparecer se llevaron a Jaén. Ejemplo de estas son la campana
que llevó Santa Teresa de Jesús y un manuscrito de San Juan de la Cruz, Cántico
espiritual, el llamado Manuscrito de Jaén.
La
iglesia data de la segunda mitad del siglo XVII (1673) y es obra de Eufrasio
López de Rojas, quien la costeó pues tenía dos hijas religiosas en dicho
convento. Es un templo de austero estilo carmelitano, de una sola nave
rectangular cubierta con bóveda de cañón con lunetos y un presbiterio cubierto
con media naranja sobre pechinas, decorada con doble fila concéntrica de placas
trapezoidales en torno al anillo de la linterna. El coro va en alto a los pies
cerrado en su frente con celosía. En cuanto al alzado de la nave se dividen los
muros por pilares toscanos y no presenta más vanos que el de la puerta de
entrada. Es notable el retablo mayor, con lienzos de los siglos XVII y XVIII.
Otra decoración la aportan los numerosos lienzos que tapizan los laterales y el
testero del fondo del presbiterio. En la portada destaca el concepto geométrico
decorativo con una sencilla composición. Una línea de molduras planas y de
óvalo enmarca, trazando una cruz, el arco de entrada y el nicho que va por
encima, dos elementos tradicionales en las portadas de la época. Suprimiendo el
entablamento y embebiendo las pilastras, se consigue que el plano más llamativo
sea el nicho, en cuyo interior destaca una figura exenta de Santa Teresa y
rematándolo un frontón triangular roto del que se eleva una sencilla cruz.
Partimos hacia la Plaza Santa María, se
encuentra frente a la fachada principal de la Catedral de la Asunción de Jaén,
el Palacio Episcopal y el Palacio Municipal. En la plaza confluyen las calles
de las Campanas, Carrera de Jesús, Príncipe Alfonso, Obispo González y Maestra.
En
abril de 2011 se inauguró la última remodelación de la plaza, diseñada por el
arquitecto Salvador Pérez Arroyo. La solería está compuesta por bloques de
granito con incrustaciones de piezas de bronce. El conjunto presenta
referencias a la catedral, utiliza el número áureo y una de las torres de la
catedral actúa como reloj de sol. Igualmente existen unas fuentes rasantes
en el pavimento que recuerdan un antiguo manantial natural que afloraba en está
plaza. En la zona existente ante los palacios municipal y episcopal se han
plantado algunos ejemplares de moreras estériles para que sus frutos no manchen
el pavimento.
Aquí encontramos el Palacio Episcopal, está construido sobre un palacio del siglo XV, reformado en los años ochenta,
manteniéndose la fachada original. En los laterales de la puerta encontramos
los escudos episcopales y, rompiendo el frontón, el escudo real flanqueado por
los del obispo Tavera. En el resto de fachadas y en el interior se conservan
los escudos de distintos obispos.
También se encuentra la Casa del Deán. Y por supuesto la Catedral de Jaén, de la cual ya teneís un articulo aparte en este blog.
A espaldas de la Catedral, nos encontramos con el Palacio de los Vélez, es un edificio datado en
el siglo XVII, aunque fue mandado construir en el año 1506 por Don Alfonso
Vélez de Mendoza, caballero de Jaén y su procurador en Cortes. La fachada se
sustituyó por la actual de 1630. En él destacamos su fachada de galería
porticada en el que se pueden observar algunos escudos nobiliarios. Este
Palacio también posee un pequeño jardincillo en el que encontraremos una fuente
adosada. Hoy en día, el Palacio de
los Vélez se ha convertido en la sede del Colegio Oficial de Arquitectos.
Enfrente esta el Palacio Covaleda Nicuesa, este edificio de fachada del siglo XVII, fue propiedad de los Covaleda Nicuesa. Se accede a él por una puerta con arco de medio punto enmarcado entre pilastras almohadilladas, sobre ella se encuentra un balcón almohadillado flaqueado por dos tenantes con escudos nobiliarios y remata el conjunto un frontón partido con un escudo en su centro. De su interior destaca un oratorio barroco.
Iremos hacia la calle Ancha y en ella nos encontramos al principio el Palacio Marqués de Navalsequilla, se
trata de uno de los antiguos palacios conservados todavía que se construyeron
en el conocido como "Arrabal de San Ildefonso", hoy barrio del mismo
nombre. Este palacio, sito en la señorial calle Muñoz Garnica (antes
"Ancha del Arrabal"), fue ampliado en una planta en su última
reforma. Está reconstruido, convertido
en viviendas y en el desaparecido cine Alkazar en 1978 por el arquitecto Luis
Berges Roldán.
El
edificio se divide en cuatro cuerpos, siendo lo más interesante el último y más
reciente cuerpo, con sus alternancias de galerías de arco de medio punto.
En la
misma calle encontramos hermosos edificios, incluso uno con la tradicional
torre-mirador, vestigio de aquella aristocracia local que salió del primer
recinto murario con el objeto de poder construirse mejores casas y con mayor
amplitud, pues esos terrenos no estaban, en principio, constreñidos a las
primitivas murallas.
Por el Pasaje de San Francisco llegamos a la Carrera o calle Bernabé Soriano, al inicio de la calle se encuentran el Palacio Provincial o
Palacio de la Diputación Provincial es la sede actual de la Diputación
Provincial de Jaén y es una obra del siglo XIX. Se edificó sobre el solar del
Real Convento de Nuestro Seráfico Padre San Francisco de Asís derribado en
1867, que había sido residencia de Fernando III de Castilla tras la conquista
de la ciudad. Este proyecto ecléctico fue obra de Jorge Porrua y Moreno. La
portada queda resaltada con triple vano de arcos de medio punto. En el patio
interior destaca una fuente monumental procedente del Antiguo Convento de Santo
Domingo de La Guardia de Jaén. El palacio cuenta con una interesante colección
pictórica repartida por sus dependencias.
La
Diputación se ubicó en distintos edificios del casco antiguo de la capital
hasta que en 1891 el gobierno provincial se trasladó a la Plaza de San
Francisco donde se encuentra actualmente, presidiendo el paso de la calle
Bernabé Soriano, desde la vecindad de la Catedral.
El
primer edificio que alberga la Institución fue el Real Convento de Nuestro
Seráfico Padre San Francisco de Asís , situado en el mismo lugar en el que se
encuentra actualmente, construido en 1246 por Fernando III el Santo como
Palacio con capilla y donado en 1354 por el rey Pedro I de Castilla a los
frailes franciscanos. Con la desamortización, al igual que el resto de los
conventos de la ciudad, pasará a manos públicas alojando la Diputación.
Fue el
mal estado del edificio obligó a la Diputación Provincial a itinerar por otros
enclaves de la capital, siempre con el deseo de retornar a aquel lugar. A
mediados de 1867, el convento en ruinas, fue demolido para levantar en el mismo
lugar, tras casi treinta años de construcción, el actual Palacio Provincial. El
proyecto corrió a cargo de Jorge Porrua y Moreno, premiado en la Exposición
Provincial de 1878.
Bajamos por la Plaza del Pósito y nos dirigimos hasta la Plaza del Deán Mazas y aquí está el Palacio de los Vilches, destaca
su hermosa fachada principal renacentista del siglo XVI, en la que aparece su
fachada en esquina de seis arcos de medio punto apoyados sobre ocho columnas
dóricas; entre ellos bustos de héroes de la antigüedad. El interior, pese a las
muchas reformas, conserva su estilo renacentista que ya nos muestra con
claridad en el exterior. Ha sido declarado Monumento Histórico y en la
actualidad es sede de una entidad bancaria. Este palacio es el último
recordatorio de la existencia de la Plaza del Mercado, lo que constituyó
durante años la Plaza Mayor de la ciudad de Jaén. Fue remodelado en el siglo
XIX y de él procede el patio central y la escalera principal.
Nos dirigimos hacia la Plaza de la Constitución o también
conocida como Plaza de las Palmeras, plaza que a lo largo de su
historia ha sufrido gran cantidad de remodelaciones, la más impactante y de mal
recuerdo seria la que destruyó el Teatro Cervantes, añorado por muchos
jiennenses, y la última y reciente, en la que de entre los varios elementos que
la conforman destaca el Monumento al Alfarero, del ceramista ubetense Paco
Tito. De los edificios más notable de la plaza destacamos el estilo
regionalista de la central de Cajasur, en un rincón, y el edificio de Hacienda,
construido en 1932, un edificio austero con algún detalle en sus ventanales que
se ubicó justo en medio de la primitiva Plaza del Mercado, dividiéndola en la
de la Constitución y la del Deán Mazas.
Partimos hacia la Iglesia de San Idelfonso por la calle Ignacio Figueroa. La
Basílica-Santuario de Nuestra Señora de la Capilla y Sacra Iglesia Parroquial
de San Ildefonso, erigido en 1248 en el
Arrabal de San Ildefonso y situado en la plaza homónima, que se halla presidida
por una escultura dedicada a la Inmaculada Concepción de María, labrada en
piedra por Amadeo Ruiz Olmos con motivo de la remodelación de la plaza en 1957.
A raíz del "Descenso de la Virgen" en 1430, este templo adquirió una
gran importancia y se convirtió en santuario y, posteriormente, en basílica
menor, de la patrona de la ciudad.
En esta
iglesia se hallan sepultados los restos del ilustrísimo arquitecto y cantero
Andrés de Vandelvira, mentor de las catedrales de Jaén y Baeza, fallecido en
1575.
Con la
edificación, en un antiguo arrabal extramuros de la ciudad árabe, del barrio de
San Ildefonso, se construye una pequeña capilla en el corazón del nuevo barrio.
Su primer dato histórico es de 1248, época de la que datan sus muros más
antiguos, norte y este. Se estima que se fundó como parroquia en el siglo XIV,
constando como tal en 1400, era una parroquia pobre de grandes dimensiones,
aunque más reducidas que el templo actual, puesto que carecía de las naves
laterales, de la portada principal y de la nave del descenso, tras el
tabernáculo.
Tras el
descenso de la Virgen a la ciudad en 1430, la pequeña capilla adquiere gran
importancia, convirtiéndose en el Santuario donde se rinde culto a la Virgen,
con la advocación de Capilla. Desde este momento la pequeña capilla se
convierte en un gran templo, con el empaque de una catedral.
El 9 de
junio de 2010 fue declarada Basílica menor por el Papa Benedicto XVI,
celebrándose el día 14 de noviembre una misa de acción de gracias presidida por
Antonio Cardenal Cañizares Llovera, Prefecto de la Sagrada Congregación para el
Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, esta celebración concluía
el proceso iniciado en 2008, siendo párroco el Ilmo. Mons. D. Manuel Bueno
Ortega.
El
exterior recuerda a una fortaleza, debido a la presencia de varios
contrafuertes semicirculares, en forma de torreón, situados en el muro norte.
Presenta dos torres a ambos lados de la fachada principal. La izquierda, actual
campanario, es de cuatro cuerpos y está coronada con cúpula. La derecha, de
menor tamaño, cuyo cuerpo de campanas de sección octogonal arranca directamente
del plano de la fachada.
La
torre-campanario de la basílica se compone de cuatro cuerpos, separados entre
si por cornisas salientes. El primer cuerpo es de planta cuadrada, construido
entre 1584 y 1585, en él se encuentra el escudo del obispo Francisco Sarmiento
de Mendoza. El segundo cuerpo presenta dos ventanas superpuestas en cada
fachada. Fue finalizado en 1600, lleva el escudo del obispo Bernardo de
Sandoval y Rojas, realizado por Cristóbal Téllez quien lo talló en piedra con
embutidos de mármol rosado.
El
tercer cuerpo se construyó entre 1608 y 1610, presenta planta octogonal, con
pináculos en las esquinas, y en él se encuentran las campanas. Lleva el escudo
del obispo Sancho Dávila Toledo, el reloj que se encuentra en este cuerpo fue
instalado en torno a 1620 por el relojero Diego Morante. Este tercer cuerpo
estaba rematado por un chapitel gótico, hoy desaparecido, que fue construido
por Sebastián de Solís en 1624. Este fue sustituido en la reforma de la
torre de finales del siglo XVIII. El cuarto cuerpo, octogonal al igual que el
tercero, es una cúpula en el que aparece el escudo del obispo Fernando Andrade
Castro, por lo que se construyó algunos años después que el tercero.
El
actual templo presenta tres portadas de distintas épocas y, por tanto, de
diferentes estilos que van desde gótico hasta el neoclásico.
Portada
principal. Construida
en el siglo XVIII, es de estilo neoclásico, proyectada por Ventura Rodríguez y
realizada por Francisco Calvo. Está formada por cuatro columnas de orden
compuesto adosadas que sostienen una cornisa en el que apoya un frontón
triangular. Detrás de él y sobre el muro de fachada está colocado un pedestal
con la figura de San Ildefonso, con dos flameros a cada lado.
Portada
lateral. Es una
formidable portada renacentista de Andrés de Vandelvira, construida en el siglo
XVI por orden del obispo Pedro Cardenal Pacheco Ladrón de Guevara. Sobre el
arco de medio punto hay alegorías paganas de la abundancia y sobre ellas un
relieve con la imposición de la casulla a San Ildefonso, flanqueado por
columnas corintias que sostienen un triángulo con el Padre Eterno en el centro.
En los laterales se encuentran los escudos del obispo Pacheco que mandó levantar
la Iglesia.
Portada
primitiva. Se
encuentra en la parte trasera de la actual iglesia. Es de estilo una del gótico
isabelino, construida en los tiempos del obispo Alonso Suárez de la Fuente del
Sauce. Ha sido restaurada con un mosaico de Santiago Pedrós, que cierra la
primitiva puerta del templo.
El
interior es de estilo gótico final, con planta de salón con tres naves de
pilares compuestos que sustentan arcos apuntados, sobre los que cubren bóvedas
nervadas, siguiendo las líneas del gótico tardío. El Tabernáculo es barroco, de
Pedro Duque y Cornejo. La puerta de la Sacristía es de madera con talla de
estrellas poligonales. La antesacristía y la sacristía presentan bóvedas de
yesería labradas, en estas salas se guardan cuadros, tres sitiales de coro barrocos
y objetos de culto de gran valor.
El
retablo mayor preside la iglesia ocupando todo el testero del templo. Es de
estilo barroco realizado en madera dorada y estofada por Pedro Duque Cornejo en
el siglo XVII o XVIII, se encuentra divido en tres partes:
La
central está dedicada por completo al Milagro del Descendimiento de la Virgen,
pues recordemos que Jaén es junto con Zaragoza la única ciudad de España en las
que existe la tradición del descenso de la Virgen. En el cuerpo principal se
encuentra un relieve de dicho hecho glorioso que narraron los testigos, los
cuales aparecen reflejados en la talla. En el cuerpo superior se encuentra la
talla del Milagro de San Ildefonso de Toledo.
Los
cuerpos laterales del retablo están dedicados a los Padres de la Iglesia, San
Benito de Nursia, a la derecha, y San Antonio Abad, a la izquierda.
Capilla
del Bautismo, es la primera a la derecha. Presenta planta cuadrada, está
cubierta por bóveda de media naranja con claraboya cenital, decorada con
dibujos de yesería y un pequeño retablo neoclásico con un óleo del bautismo de
Cristo. El cerramiento es una reja procedente del antiguo presbiterio, obra del
maestro Joseph del Alcázar. Alberga las imágenes de la cofradía del Santísimo
Cristo Yacente y Siervos de Nuestra Señora de la Soledad.
Capilla
de la Vera-Cruz, alberga las imágenes de la Congregación del Santísimo Cristo
de la Vera-Cruz y María Santísima de los Dolores, fundada en 1541, es la
cofradía de Pasión más antigua de la ciudad. Sus imágenes son recientes.
Altar
de Jesús Preso, presenta un frontal de mármol rojo, que cobija la imagen de
Jesús Preso, obra de Ramón Mateu Montesinos en 1941, que con esta talla
consiguió la Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1941.
Originalmente iba ser una imagen de Cristo caminando sobre las aguas pero
finalmente fue tallado como Jesús preso, lo cual explica su peculiar
semblante.[5]
Altar
de la Divina Pastora, presenta un frontal de mármol rojo y un interior moderno
con una pintura mural de Jaén, que cobija la imagen de la Divina Pastora de
almas.
Capilla
de la Virgen de la Capilla, patrona de la ciudad de Jaén, se sitúa en una nave
lateral por detrás del presbiterio. Se accede a ella por una hermosa reja
forjada en 1610 y en el que se encuentra el escudo del obispo Sancho Dávila y
Toledo. El testero es un retablo barroco en el que un altorrelieve representa
la procesión del Descenso de la Virgen a Jaén en 1430. Sobre éste, se sitúa el
camarín de la Virgen donde está la talla. Cabe destacar el frontal de plata del
altar, la lámpara, también de plata, donada por el Ayuntamiento y demás enseres
de la capilla.
En el
lateral izquierdo de la capilla hay una hornacina cerrada con puertas de acero,
en cuyo interior, en cofre de plata, se encuentra el documento notarial que
narra el Descenso de la Virgen a Jaén. Está decorado con cinco medallones: el
escudo de Jaén, la Anunciación, el Descenso, la Presentación y el Escudo de la
Cofradía.
Las
paredes de la capilla están pintadas con motivo florales y querubines sobre
fondo rojo, la bóveda está pintada con las imágenes de varios reyes, todas las
pinturas murales fueron restauradas por María José López de la Casa y su equipo
en 2009
En
frente de la capilla de la patrona, al otro lado del testero del templo, se encuentra
una vidriera pintada con el Milagro del Descenso que permite divisar a la
Virgen de la Capilla desde la calle.
Altar
de San José, presenta un retablo realizado en fecha reciente por Fernando
Baldoy Ortega que cobija una imagen de San José.
Altar de
la Virgen de la Antigua o del Cristo del Valle, está compuesto por un grandioso
retablo de gran belleza presidido por una imagen del Calvario.
Altar
de las Almas, similar al anterior, siendo más colosal aún, está dedicado a las
Benditas Ánimas del Purgatorio, conformando toda una catequesis plástica de
dicho Misterio.
Altar
de Cristo Resucitado, se encuentra presidiendo el rincón en el que se encuentra
la Pila Baustimal y la urna donde se guardan los Santos Óleos, así como la
puerta de acceso a la torre del campanario. Está presidido por la talla de
Cristo Resucitado.
La Cabeza de la Iglesia de San Ildefonso. Esta
leyenda se basa en un hecho real que narra el licenciado Antonio Becerra en su
Memorial sobre el culto y devoción a la Virgen de la Capilla, publicado en
1639. En la Iglesia Parroquial de San Ildefonso, sobre unos de los
contrafuertes que flanquean la portada que abre a la plaza, justo en el alero
de la cubierta, hay una cabeza tallada en piedra. Se dice que es el vivo
retrato de un joven, hijo de persona principal de la ciudad, que una noche, a
finales del siglo XVI, se ocultó en el templo y robó las lámparas de plata que
alumbraban a la Virgen de la Capilla. Salió de la ciudad con su botín, pero su
mala conciencia lo desorientó y fue apresado en Los Villares. Juzgado
sumariamente en Jaén, fue condenado a muerte sin que sus padres, pese a sus
altas influencias, pudieran valerle. Le ahorcaron y luego se ordenó
descuartizarlo y exponer sus restos sobre los contrafuertes del templo para que
sirviera de escarmiento a posibles ladrones sacrílegos. Cuando los restos se
consumieron con el tiempo, se ordenó que la cabeza, esculpida en piedra,
permaneciera eternamente expuesta sobre el contrafuerte más próximo a la torre.
Bajamos por la calle Teodoro Calcache (calle Arroyo) en donde está el Convento de las Bernardas. El
Monasterio de la Concepción Franciscana, también conocido como Las Bernardas,
ya que fue fundado gracias a Melchor Soria y Vera, obispo de Troya y auxiliar
de Toledo, y jiennense muy vinculado al Bernardo de Sandoval y Rojas, cardenal-obispo
de Jaén. Actualmente alberga una comunidad de Clarisas descalzas de clausura.
En el
lugar en el que actualmente se encuentra el monasterio, existió anteriormente
uno de la Orden de los Jerónimos y posteriormente en el habitaron los Capuchinos,
que fueron sus últimos habitantes hasta que pasó a manos de las Clarisas
descalzas. Está orden fundó el convento entre 1616 y 1628, gracias a la ayuda
del obispo auxiliar de Toledo Melchor de Soria y Vera, natural de Jaén.
Fue
construido en el siglo XVI. El edificio se configura como un recinto
fortificado en todo su perímetro exterior, conjugando la austeridad con la
belleza arquitectónica, esto se debe a que se abre en un tramo de la muralla,
teniendo incluso que derribar algunos lienzos de la misma y a trasladar un
torre sin licencia real. Se encuentra además junto a la Puerta del Ángel.
En uno
de sus laterales se asienta una fuente, lindando con el célebre Parque de la
Alameda.
El
autor fue "un gran maestro de Toledo", que se sospecha fue Juan
Bautista Monegro. La construcción del templo finalizó en 1627, presenta una
planta de cruz latina, ligada a la idea de sobriedad de los monaterios y al
estilo herreriano de finales del siglo XVI. La nave se cubre con bóveda de
cañón con lunetos de media naranja sobre pechinas en el crucero, decorándose
con el escudo del obispo de Troya sostenido por águilas. El retablo es barroco
temprano de orden corintio decorado con pinturas.
La iglesia encierra muchos tesoros artísticos,
entre los que destacan una rica colección de pinturas de Angelo Nardi.
Y terminamos nuestro recorrido en la Puerta del Ángel, justamente al lado. Fue
construida en 1646 y es la única puerta que se conserva del antiguo recinto
amurallado de la ciudad de Jaén. Permanece unida al Convento de las
Franciscanas Descalzas o de Las Bernardas, dando entrada al Parque de la
Alameda, un jardín de origen renacentista.
La
puerta está coronada por una hornacina con una escultura de San Miguel (de ahí
recibe el nombre de Puerta del Angel).
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